Acabas de empezar como autónomo y ya te has hecho con un programa de facturación. Todo es nuevo. No tienes ni remota idea. Te preguntas sin parar: ¿Cómo empezar? ¿Qué debo tener en cuenta?
La reacción principal para muchos es probar a hacer una factura, aunque uno no tenga ningún servicio que facturar. La idea es probar. Y está bien: al fin y al cabo, se trata de familiarizarse con la principal funcionalidad del programa.
Sin embargo, de cara a un inicio más racional y eficiente, te recomendamos seguir estos 5 sencillos pasos:
1.Configura tu perfil como autónomo
Las facturas que hagas han de emitirse a tu nombre. Como autónomo, esto quiere decir con tus nombres y apellidos.
En tu perfil también ha de constar la dirección y el NIF. Estos tres datos (nombre y apellidos, dirección y NIF) son imprescindibles para que tu factura tenga valor fiscal.
Seguramente, en la configuración del programa tendrás un apartado para rellenar esos datos. Pues bien, haz eso lo primero de todo.
2. Retención de IRPF
Puede que como autónomo tengas que aplicar retención a cuenta del IRPF en las facturas. Si es así, recuerda que como nuevo autónomo puedes aplicar el 7% durante los primeros tres años de actividad.
Pasado ese tiempo, habrías de aplicar el tipo regular, que es del 15%. Por cierto: ten en cuenta que ya desde el principio puedes aplicar el tipo regular. La opción del 7% es eso: una opción para aligerar la carga inicial de impuestos.
Ahora bien, ten en cuenta también que lo que no retengas en las facturas, si pasas un determinado umbral de ingresos, Hacienda se lo cobrará al hacer la declaración anual de renta.
3. Regímenes especiales de IVA (¡e IGIC!)
Si tu actividad tributa por el régimen general de IVA, puedes ignorar este apartado. Con saber el tipo que has de aplicar en las facturas, ya te basta.
No obstante, puede que estés en uno de los siguientes regímenes, que habrías de configurar desde un inicio en tu programa:
- Régimen especial de Recargo de equivalencia (afecta al comercio minorista).
- Régimen especial de Criterio de caja (declaras el impuesto cuando cobras la factura).
- Exención de IVA, si te dedicas a una actividad exenta del impuesto (sanidad, educación, dependencia, etcétera).
Y otra cosa: ¿Resides en las Islas Canarias? Entonces recuerda que tus facturas han de ir con IGIC, no con IVA.
4. Rellenar los datos de pago
Es recomendable que en las facturas se indiquen los datos bancarios para que el cliente haga el pago del importe.
Se pueden indicar los 20 dígitos de la cuenta bancaria así como el IBAN, aunque este último se reserve inicialmente para transferencias extranjeras.
5. Información de clientes y servicios
Antes de ponerte a facturar, es también aconsejable que guardes una lista de clientes y de los servicios que vas a prestar o los bienes que vas a vender.
Aunque muchos softwares de facturación te permiten ir guardando clientes y productos sobre la marcha, a medida que creas facturas, dedicar un tiempo a hacer inicialmente este trabajo te ayudará enormemente.
Supone un ahorro de tiempo y una mejor organización.
En conjunto, estos cinco consejos te ayudarán a iniciarte en un programa de facturación y orientarte. Los comienzos nunca son fáciles, ni aunque cuentes con el programa de facturación más intuitivo del mundo.