Un presupuesto es una oferta comercial, muy usada y querida por empresas y autónomos.
Para entender cuándo usar un presupuesto, lo mejor será verlo con un ejemplo (recuerda que puedes descargarte nuestros modelos de presupuesto para Word y Ëxcel).
El presupuesto como herramienta de ventas
Pongamos que tienes una empresa de reparación de edificios y viviendas y que resides en cualquier ciudad del levante español.
Las fuertes lluvias de este invierno han causado daños en muchos edificios antiguos que no están preparados para esta clase de temporal.
Centros históricos (y no tan históricos) se han visto amenazados por goteras, manchas de humedad, moho y otros inconvenientes al que no están acostumbrados los habitantes del Mediterráneo.
El temporal ha sido malo, pero tú vas a hacer el agosto: el teléfono no para de sonar de propietarios de edificios, comunidades de vecinos, seguros, etcétera. Ya lo dijo Franco después del asesinato de Carrero Blanco: “No hay mal que por bien no venga”.
Cuando vas a visitar a un cliente no es plan de entrar a saco en su vivienda y ponerse manos a la obra sin que tu cliente sepa antes lo que le va a costar.
Pues ahí tienes un ejemplo de cuándo hacer un presupuesto.
¿Qué hay que tener en cuenta para hacer un presupuesto?
Como un presupuesto es una oferta comercial, habrás de tener en cuenta:
- El tiempo qué van a durar las reparaciones y su coste (por horas o días).
- Los materiales que emplees para las reparaciones.
- La mano de obra.
- Términos del servicio.
- Condiciones de pago.
- Etcétera.
En definitiva, se trata de tener en cuenta los costes de tu servicio, el tiempo de trabajo y el beneficio de este.
En el presupuesto has de ser lo más transparente y honesto posible, pues en base a ese documento tu cliente se decidirá por contratarte (o no).